Por Manuel Garriga

A pesar de que la inminente llegada del 5G a nuestro país se está retrasando más de lo previsto, cada vez hay más razones para pensar que esta tecnología se terminará implantando en España más pronto que tarde. Los más optimistas piensan que a finales de 2019 contaremos con 5G en nuestros dispositivos, pero no conviene adelantarse, ya que aunque los indicadores son positivos es posible que la fecha de implantación se retrase.

 

El pasado 26 de mayo se aprobó la convocatoria de la subasta de banda de frecuencia 3,6-3,8 GHz en nuestro país. Una licitación fundamental para el desarrollo del 5G y que se espera que siga estando en los planes actuales del nuevo Gobierno, ya que el desarrollo de infraestructuras de telecomunicaciones es muy importante para mantener la competitividad y fomentar la implantación de nuevas tecnologías como el Internet de las Cosas en nuestro país.  

 

Otra de las amenazas a las que se enfrentan las principales compañías de telecomunicaciones, es que van a ser ellas las que asuman la mayor parte de la inversión en 5G, mientras que los ingresos apenas crecen debido a que la regulación está planificada para que los precios sigan bajando.

 

A pesar de todo, tenemos motivos más que suficientes para pensar que la llegada de la tecnología 5G a nuestro país está cada vez más cerca.

Tecnología 5G ¿Llega o no llega?

LA TECNOLOGÍA 5G: CADA VEZ MÁS CERCA

 

1.- Avance lento pero firme: aunque es cierto que todavía falta tiempo para que el cliente final pueda disfrutar de la tecnología 5G en su móvil, sí que podremos ir viendo gradualmente como está presente cada vez más en aquellos servicios que requieran un aumento de velocidad y disminución de latencia, como ocurre con las aplicaciones de IoT o los coches autónomos. Este proceso de despliegue que será lento pero firme, permitirá que la tecnología 5G se acabe extendiendo a otros servicios.

 

2.- Nuevas frecuencias: La tecnología 5G, como otras bandas, requiere de un nuevo despliegue de red y en algunos casos de re-asignación de frecuencias. Para que los usuarios puedan disfrutar de velocidades de Gigabit y la latencia inferior a 5 milisegundos que aporta el 5G, será necesario que se multiplique por 15 el actual número de antenas de nuestra red de telecomunicaciones, ya que cuanto más cerca está la antena del dispositivo, menos latencia existe. Este coste económico es difícil de afrontar por parte de las telcos, que empiezan a pensar en la reasignación de frecuencia a partir de 26GHz como una posible solución. Pero esto llevaría a instalar miles de nuevos puntos de acceso, por lo que no cabe pensar en fechas anteriores a 2022 o 2023 para el despliegue.

 

3.- Nuevos terminales: a día de hoy, todavía no hay en el mercado terminales 5G ni servicios que requieran de su demanda. En este punto está la batalla entre China y EEUU, los dos grandes bloques que se disputan a día de hoy la industria tecnológica. EEUU quiere mantener el liderazgo en el mercado gracias al potente ecosistema digital que Google, Amazon, Facebook y otros gigantes le aportan. Mientras, China, que no deja de crecer con compañías como Alibaba, Tencent o Huawei, se esfuerza por ser el primero en lanzar la tecnología que le permita mantener su mayor ventaja competitiva: la mano de obra.

 

4.- España parte con ventaja: aunque nada apunta a que Europa vaya a liderar el proyecto 5G, nuestro país cuenta con una gran ventaja. Y es que la red de fibra en España es la mejor de Europa y una de las mejores del mundo. Esto nos facilita el despliegue ya que las nuevas antenas que hemos nombrado anteriormente, requieren necesariamente de conexión directa de fibra y en España esta fibra ya está instalada de forma mayoritaria.

 

5.- Las subastas de Julio: el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital  ha sido especialmente sensible con las telcos, y ha sacado a licitación solo la banda de 3,6-3,8 GHz de la manera más transparente posible y priorizando la inversión frente a “hacer caja”, que era una de las principales quejas de los operadores españoles. Si no hay ningún cambio coincidiendo con el nuevo Gobierno, esto será sin duda un facilitador para el despliegue del 5G por parte de los operadores.

 

A pesar del elevado coste económico y las dificultades logísticas que conlleva la instalación del 5G en nuestro país, las previsiones son positivas y apuntan a que llegará con fuerza en los próximos años. Hasta entonces, la lucha entre las telcos por ver quién es el primero será dura e intensa.